La casa de la Caridad de Segorbe y las Hijas de la Caridad

 

ORÍGENES E HISTORIA

La primera referencia al Hospital de Segorbe la encontramos en el año 1271, una donación realizada a García de Anadón “de un patio en Segorbe para construir casa, en compensación del que tenía junto a la puerta de Teruel, que se había dado al Consejo de la ciudad para construir un hospital”. El edificio estaba entre la plaza del Mercado, actualmente del Obispo Haedo, y calle del mismo nombre (hoy de Colón).

El arcediano Francisco Mora, con escritura de 20 de Febrero de 1378, fundó en la Catedral el beneficio de San Andrés y San Francisco dotado con 20 libras anuales, previniendo que en caso de que el alguna provisión el presentado no pudiese ser admitido, el patrono recogiese los frutos durante la vacante y los distribuyese en el término del hospital mayor de la Seo de Segorbe y pobres que en él se recogen y mantienen”.

En aquellos momentos los hospitales eran hospicios para dar acogimiento a los transeúntes. Pero en 1466 ambos cabildos, municipal y eclesiástico, contribuyeron a dar nuevos servicios al establecimiento, ya bajo la advocación de San Miguel, como los de curar enfermos y depositar momentáneamente los expósitos, aprovechando los recursos que ya tenía el hospital para transeúntes”, considerándose así como una nueva fundación. La citada plaza tenía un porche que abarcaba la misma fachada del hospital.

Algunos detalles descriptivos del edificio aparecen en relación con la visita pastoral realizada por el obispo Diego Serrano en 1640. En ella se dice que “Encima la portada está la Virgen de los Desamparados; dentro un patio con una fuente (...) dicho hospital es una casa grande y harto capaz. Hallose una cuadra, en donde hay unas alcobas y cinco camas en ellas a dos colchoncillos cada una (...) En este mismo patio hay unos porches, por donde se pasa a la capilla de San Miguel que tiene asimismo una puerta que sale a la plaza del Mercado y delante unas gradas de piedra redondas (...) está esta iglesia harto espaciosa hecha de bóvedas y arcos de piedra”.

Un siglo después y durante el pontificado del obispo Alonso Cano, el hospital se amplió en su fábrica y en sus rentas. Cano estableció en 1779 una junta de Caridad con el encargo expreso de que se tramitase la adquisición de una fábrica de cera con su granero que lindaba con el hospital, a fin de ampliar las dependencias del mismo. Durante su prelatura se llevaron a cabo otras obras de reforma como la eliminación de alcobas y la construcción de una gran sala corrida para enfermos y otra para enfermas, abriendo ventanas y aumentando el número de camas. Éste era el “buen hospital” que cita en 1784 Bernardo Espinalt al realizar una descripción de Segorbe.

Pocos años pasaron cuando un nuevo obispo, Lorenzo Gómez de Ahedo, planteó un nuevo proyecto para enfermos y pobres. Aprovechando los materiales de derribo del castillo construye en las afueras de la ciudad, la Casa de Misericordia cuya primera piedra se colocó en enero de 1786. El hospital había quedado dentro del casco urbano y a la junta responsable de su administración no le parecía bien que estuviera en lugar tan concurrido de gente y junto al mercado, preocupación que el obispo recogió ofreciendo como solución instalar el hospital en la Casa de Misericordia. Los trámites del traslado se precipitaron cuando la epidemia de 1804 evidenció los riesgos de mantener el establecimiento en el centro de la ciudad. En julio del mismo año, el rey autorizaba la traslación solicitada. Abandonado el edificio, la ciudad creyó conveniente su derribo para ampliar la plaza del Mercado y el obispo accedió a la petición, procediéndose a la demolición en 1805.

El 20 de enero de 1786, por iniciativa del Obispo Lorenzo Gómez de Haedo, se colocó la primera piedra de la Casa de Misericordia, emplazada en la calle actual dedicada a Romualdo Amigó, sustituyendo al antiguo Hospital de San Miguel, ubicado junto al palacio Episcopal, según Real Orden de 12 de julio de 1804. Para la edificación, realizada siguiendo las trazas del arquitecto Mauro Minguet, se emplearon los materiales del castillo de la ciudad, derribado el 20 de marzo de 1784.

Las Hijas de la Caridad se establecieron en el Hospital de Segorbe el día 7 de diciembre de 1877, por iniciativa del Obispo Mariano Miguel Gómez. Una decisión que contó con el aliento del alcalde, que se ofreció a sufragar la mitad de la dotación de las Hermanas y casi toda la cantidad que costaran las obras de acondicionamiento de las mismas, acordando el Ayuntamiento sufragar lo restante. Tan sólo tres días antes de la llegada a Segorbe de las Hermanas, había fallecido Mariano Gisbert y Rius, canónigo de la Catedral de Segorbe, parte de cuyo legado a obras pías fue destinado a la creación de una escuela de párvulos, que pondrían bajo la tutela de las Hermanas de la Caridad.

No obstante, las rentas no bastarían para edificar la nueva escuela y formar otra comunidad de Hermanas, se acordó incorporar otra con destino a la escuela a las cinco que estaban en el Hospital y edificarla en los amplios bajos del Hospital. Dicha escuela se abrió definitivamente a finales de 1878, siendo inaugurada el 29 de marzo de 1879 y colocándose una placa sobre la puerta con la inscripción: “Esta escuela de párvulos fue construida a expensas del señor don Mariano Gisbert canónigo de la catedral de Segorbe, dedicada por sus testamentarios para honrar el buen nombre de dicho Señor.- Año de 1879.

A falta de la aprobación del inspector de Instrucción Primaria, ponce de León, pronto mandó que se erigiese la escuela de párvulos según la legislación en aquellos momentos en vigor.

El año 1951, la institución hospitalaria se reformó para adecuarla a los nuevos y modernos usos.

La presencia de las hijas de la caridad se mantiene con perseverancia y buen hacer hasta el mes de diciembre del año 2012, donde dejan la titularidad del Centro educativo la Milagrosa, haciéndose cargo el Obispado de Segorbe-Castellón.